Acompañamiento tras el diagnóstico

Acompañamiento tras el diagnóstico

No se trata de convertirte en otra persona, sino de permitirte ser tú, por fin, sin culpa y sin máscaras.

Recibir un diagnóstico de autismo o TDAH en la adultez puede cambiarlo todo. A veces llega con alivio —porque por fin entiendes muchas cosas de tu vida—, pero también con confusión, rabia o tristeza. De repente, todo lo vivido adquiere un nuevo sentido… y al mismo tiempo, surgen más preguntas que respuestas.

El acompañamiento postdiagnóstico está pensado para ayudarte a integrar esta nueva mirada sobre ti, sanar las heridas que deja la incomprensión, y construir una identidad más libre y segura.

¿Cuándo puede ayudarte este proceso?

Recibir un diagnóstico de autismo o TDAH puede sentirse como una revelación y una sacudida al mismo tiempo.Por un lado, llega el alivio profundo de entenderte, de poner nombre a lo que antes parecía caos, de descubrir que nunca estuviste rota, solo malinterpretada.

Pero junto a ese alivio también aparece el duelo: por las oportunidades perdidas, por los años de esfuerzo silencioso intentando encajar, por la incomprensión y la soledad que marcaban tu historia.

Este proceso puede ayudarte si te reconoces en alguna de estas situaciones:

Beneficios del acompañamiento postdiagnóstico

A medida que avanzamos, comienzas a mirar tu vida desde un lugar nuevo. Empiezas a comprender tu diagnóstico sin miedo ni culpa, a reconocer que no hay nada roto en ti, y que tu forma de estar en el mundo tiene valor y sentido.

Este proceso te ayuda a liberarte del autojuicio, a recuperar la calma después del shock del diagnóstico, y a reconectar con una identidad más auténtica. Aprendes a crear entornos más seguros para ti, a comunicar tus necesidades con confianza, y a encontrar formas de bienestar adaptadas a cómo realmente funcionas.

El mayor beneficio no está en entender tu diagnóstico, sino en aprender a vivir desde la comprensión, la aceptación y la libertad.

Mi enfoque terapéutico

Trabajo desde un modelo neurodiversidad-afirmativo, donde el objetivo no es corregir lo que eres, sino ayudarte a comprenderte profundamente y a vivir de manera más alineada contigo misma.

Integro herramientas de la terapia cognitivo-conductual, adaptadas a la experiencia neurodivergente, con una visión interdisciplinar que combina la psicología, la neurociencia y la comprensión del entorno social.
Además, incorporo un enfoque informado en trauma, porque sé que muchas personas llegan con heridas derivadas de la incomprensión, el masking o años de invalidación emocional.

Como psicóloga neurodivergente, conozco desde la experiencia lo que significa pasar por este proceso: el diagnóstico no es un final, sino un punto de encuentro contigo misma.
En este espacio no te observo desde fuera —te acompaño desde dentro, con empatía, rigor y autenticidad.

Cómo es el proceso terapéutico

El primer paso es sencillo: agendar una sesión inicial. Ese encuentro nos servirá para conocernos, que puedas contarme tu historia y lo que te ha traído hasta aquí. Es un espacio sin juicios, donde podrás sentirte escuchada y comprendida desde el primer momento.

Durante esa primera sesión realizaremos una evaluación inicial, en la que exploraremos juntos tus necesidades, emociones y objetivos. También te explicaré cómo trabajo, resolveré tus dudas sobre el proceso y valoraremos si este enfoque es el adecuado para ti.

Si decides continuar, construiremos un plan de acompañamiento personalizado, adaptado a tu ritmo y a tu momento vital. En las siguientes sesiones trabajaremos en tu bienestar emocional, la integración del diagnóstico y el fortalecimiento de tu identidad neurodivergente.

El proceso es flexible y respetuoso: tú decides el ritmo, la frecuencia y la profundidad del trabajo. Lo importante no es llegar rápido, sino avanzar de forma segura y sostenida.

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